Las reglas están para saltárselas
Copiar en el colegio es una tradición (des)honrosa que se practica desde que se inventó la educación reglamentada. Con Cheating Tom, Crazy Labs rinde homenaje a este (discutible) acto de pereza y te devuelve a las aulas con este sencillo y adictivo juego arcade.
Sufriendo en clase
Con Cheating Tom te pondrás en la piel de Tom o Tammy: dos estudiantes que optan por un enfoque distinto a la educación, que consiste en copiar a sus compañeros de clase.
Cada nivel tiene lugar en un tipo diferente de aula durante un examen. Tu objetivo es desplazarte a hurtadillas por la clase para copiar a tus compañeros sin que te descubra el profesor, que está al frente de la clase. La mirada del profesor se representa mediante un rayo que sale de sus ojos, y no te pillará si la esquivas o mientras estés sentado en el sitio.
Cada vez que copias a un estudiante, aumenta tu nota media. Cada calificación se corresponde con un número de puntos; la mayor nota es A+, que equivale a 35 puntos. Sin embargo, si el profesor pilla a Tom o a Tammy fuera de su sitio, se acaba el turno. En Cheating Tom también hay trucos absurdos para que no te pillen, que te dan la habilidad de teletransportarse y evitar que los compañeros se enfaden por copiarlos.
Aunque las rondas no suelen durar más de un minuto, el juego resulta tremendamente satisfactorio y adictivo. Al contrario que Flappy Bird, te deja una sensación de logro al completar cada nivel.
A pesar de los sencillos mandos, basados en toques, en Cheating Tom hay una sorprendente cantidad de estrategia; tienes que gestionar la mirada del profesor, el enfado de los compañeros y el camino para llegar a su sitio.
A copiar se ha dicho
Cheating Tom cuenta con unos mandos muy sencillos: solo tienes que situar el dedo y presionar en la pantalla para que Tom o Tammy se desplace hasta allí. Si levantas el dedo de la pantalla, el personaje volverá automáticamente a su mesa. Como ya hemos dicho, la clave de Cheating Tom es la estrategia.
Oye... ¿te sabes la 5?
Los distintos niveles nunca resultan aburridos, porque Cheating Tom combina muy bien a los estudiantes, los profesores y las clases. Las aulas varían desde una biblioteca hasta un campo de césped en el que las mesas son literalmente rocas y el profesor vigila desde un tocón. Los estudiantes y profesores tienen un aspecto de dibujo animado que hace imposible no encariñarse con ellos.
Los efectos sonoros y musicales van de la mano con los gráficos de cómic. Los efectos de sonido componen la atmósfera: se oye a Tom o Tammy garabateando enérgicamente las respuestas, la mirada del profesor emite un sonido de pistola de rayos y el público de fondo te jalea cuando ganas o suelta un "ooooh...." si pierdes. La banda sonora consiste en una música de un xilófono alocado que recuerda a la de los episodios de Scooby-Doo.
Excelente pasatiempo
Cheating Tom es un juego adictivo que resulta sencillo de jugar y no te bombardea con anuncios o compras para la aplicación. Los niveles son lo suficientemente cortos como para que no sientas que tienes que dedicarle mucho tiempo, lo que resulta perfecto para jugar unas cuantas partidas.